lunes, 16 de marzo de 2009

Gourmet




Ya me imagino a los pinches mayas diciendo: chingado subieron el maíz hay que hacerlo rendir más o comer otra cosa, y zaz! que nacen los tacos de frijoles, le ponemos relleno a los tacos y nos rinde más el maíz,,, pues molamos los pinches frijoles y hágamoslo refritos y zaz! nacieron los tacos de frijoles refritos, después a un wey se le ocurrió intensificar su sabor y dice: agreguémosle puerco molido y zaz! nacen los tacos de frijolitos refritos con chorizo, un manjar para los dedos de cualquier ser humano. La creatividad en la comida mexicana cada día me asombra más y más. Y le doy gracias a Dios por haber nacido en un país donde se come tan rico y la verdad sin mucho presupuesto. No se como mis abuelas y mi mamá se las ingeniaban para elaborar platillos tan ricos con lo que había en casa y espero sigan habiendo. Muchas veces cuando regresaba del trabajo o de la facultad, de esos días en que el invierno estaba llegando a la ciudad y uno lo notaba por la pelusa blanca en forma de algodon que soltaba un arbol que estaba por Leones y Enrique C. Livas, (era por el mes de Octubre) y por la tarde-noche se le ocurría llover al cielo, haciendo de la ciudad un desmadre total, lo único que quería era llegar a casa y cenar, bajaba del bus y caminaba rumbo a la casa, abría la puerta y encontraba a mi mamá haciendo tortillas de harina, quiero pensar que el cielo tiene que oler a la entrada de mi casa con olor a tortillas de harina, (bueno también al pasillo de los detergentes en cualquier supermercado). Catita acá está tu tragón número uno de tus tortillas de harina, que no eran tan redondas y delgadas, más bien chiquitas y redonditas, y la verdad se parecían mucho a ti, quizá por eso eran las mejores. Dios te bendiga Catita.

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